Mas alla de las fronteras
Y si una vez mas te ame mas que nunca , auque para ti lo que me dijiste fue minimo para mi fue lo meor que pudo pasar en el dia , por que si conoses cada nesecidad mia , cada locura , cada obsecion , cada palabra que saldria de mi mente , y sabes lo que me da alegria .Algunas veces tenemos personas especiales a nuestro lado que estan siempre , en cada momento que la puedamos nesecitar , esa persona que nos hace sentir seguros , confiados , capaz de lograr culalquier cosa que nos propongamos , a esas personas hay que valorarlas lo mas que puedamos , a esa persona hay que darle todo de todas formas .Sin dejar de pensar de como poder agradecete pienzo lo mucho que te quiero y sos la unica que puede lograr que yo me sienta como quiero ser , por todo eso te deceo lo mejor por este aNo 2010 que nos hiso aprender demaciado , que nos puso fronteras altas aca estamos como siempre cuando lo leeas diractamente sabras que es para ti .
Vampiresa
Desde hace muchos pero muchos años que mi esencia fue la misma. Puede
que sea como esas enfermedades que brotan en cierta edad o en alguna etapa del
desarrollo psicomotor por allá lejos, en la lactancia. Aún no me lo explico
pero sé que soy de una especie diferente, soy como todos los humanos pero a la
vez no. Puede que en un lugar determinado contraje esto, no sé si me
contagiaron o simplemente una bacteria que andaba en el aire buscando un cuerpo
donde anidar por arte de magia se topó con el mío y desencadenó una serie de
síntomas, los cuales no son mortales, están latentes siempre, pero nunca moriré
a causa de ellos, al menos físicamente no me pueden matar, pero sí mentalmente,
pueden torcer mi psiquis hasta volverme loca en base a preguntas que nunca
podré responder y emociones que no podré entender. Soy una nueva clase de
vampiro, de esos que surgieron hace poco, que existen hace un par de años en la
boca de todos, solo que yo no estoy en la de nadie. Tengo sed y un deseo
incontrolable, pero debo aprender a convivir en un mundo donde todos son ovejas
y gallinas, animales pequeños que nunca serán más que hormigas de la sociedad.
En el día me siento incómoda, no es mi naturaleza tener la luz del sol
en mis ojos, me duelen, los entrecierro y no puedo evitarlo, me impiden ver con
completa claridad y por ese mismo motivo siempre estoy pensando, porque no
recibo estímulos externos, ya que camino a tientas, recorriendo un sendero que
conozco de memoria y al suprimir cada estímulo sensorial proveniente de mi
ambiente, activo automáticamente los que he guardado en mi mente con signos de
interrogación en su principio y en su fin. La noche me acomoda, es realmente mi
sitio, mi lugar. Puede que nadie lo crea posible, pero debo confesar que en
este minuto escribo en completa soledad, encerrada en mi habitación, sentada
sobre mi cama, escuchando el silencio, el sonido de las teclas al presionarlas
y una melodía casi imperceptible que ayuda a que mis pensamientos se ordenen o
al menos puedan surgir, salir desde mi cerebro para viajar a través de mis
brazos para finalmente actuar sobre mis dedos y ser capaz de escribir algo
coherente, en total oscuridad, con la pequeña luz que emana de la pantalla. No
necesito más. Inclusive si no viera nada, no me importaría, porque sinceramente
las oraciones se escriben por sí mismas, toman forma, viven por sí solas, solo
basta pestañear, aceptar el pensamiento, editarlo medianamente, censurar en el
caso necesario y posteriormente está aquí. Soy un vampiro que retrae sus colmillos
respirando hondo, intentando estar oculta. Siempre dije que no me importaba,
que mi condición de ser un ser con ausencia de luz habitante de las tinieblas
estaba bien, que me conformaba con estar en mi lugar, en mi pequeño espacio que
por tantos años fue mi refugio y yo misma inventé, reforcé, protegí e incluso
borré del mapa para que nadie lo hallara. Hoy siento que todo es diferente. Hay
vampiros que son felices mostrando sus colmillos al sol, no les importa que los
miren, que los desprecien o que inclusive los ofendan. A mí sí. No quiero ser
diferente, no quiero que me conozcan por ser un engendro, un ser de otro
planeta, de otra vida, de otra crianza, con otras costumbres. No quiero que me
conozcan por ser un vampiro, quiero que sepan quién soy por mis logros, por mis
triunfos, por mi bondad, por mi mente analítica y por la inteligencia que nadie
me regaló que he ido construyendo con el paso de los años. La mayoría de las
veces me siento más cómoda con los vampiros, cuando hablamos de sangre, de
yugulares, de nuestras antiguas víctimas y de nuestros creadores. Es un
submundo tan aglomerado que en ocasiones todos se han visto en alguna ocasión,
se reconocen en la calle. La mayor característica es la intuición y ese olfato
para reconocer quien es vampiro y quién no. Antes me daba igual si estaba entre
vampiros o entre humanos porque me sentía muy viva, un alma del sol, del
viento, del frenesí y estos días la negación me pasó la cuenta-una enorme-entre
la enorme resistencia que opuse, las energías perdidas en renegar, la fuerza de
voluntad que tuve al retraer los colmillos una y otra y otra vez cuando podía
beber agua-aún-y la sangre no era algo tan necesario para vivir o inclusive
para mantenerme con vida, pero lo más potente fue-y aún es-la eterna esperanza
de que un día me tropiece y mis colmillos se quiebren para volver a ser una
persona normal, un humano como todos. Estoy buscando desesperadamente algún
antídoto pero creo que es demasiado tarde. Cada mañana frente a un espejo puedo
bostezar cuando de manera automática un par de dientes son más prominentes que
los demás, todo lo que resalta de mi rostro son unas enormes ojeras por la
carencia de un hábito nocturno de dormir y mi piel es intensamente blanca.
Algunos vampiros aman ser vampiros, yo antes lo odiaba. Creo que hoy he
entendido y he caído en la cuenta-por fin-de que en este mundo existen hombres
lobos, gigantes, ciempiés, cíclopes y tantas otras especies no identificadas
que se esconden en los zócalos para no ser vistas. No sé cómo llegué a
convertirme en esto, no sé si me contagiaron y no me di cuenta, alguien me
inició con la mirada o simplemente vi un vampiro, lo admiré, me pareció
interesante y posteriormente por mera imitación espontánea llegué a ser esto.
Esa es la pregunta que me hago todos los días al despertar, cuando estoy
almorzando, cuando observo el techo que está sobre mi cama, cuando estoy frente
a mi rostro en el espejo y al momento de intentar cerrar los ojos para dormir
implorando poder descansar de una vez por todas.
Creo que hoy quiero salir, por más grandes que sean mis colmillos, creo
que no me importaría que el mundo los viera.
Creo que hoy quiero quedarme aquí, por más pequeños que sean mis
colmillos, creo que me importaría que el mundo los viera.
Los pasos lógicos existen, nadie aprende a caminar si previamente no
sostenía su cuerpo al estar en una posición carente de movimiento, no se puede
pretender aprender a leer sin haber visto una letra nunca y no puedo esperar
salir de mi refugio por miedo a que todos sepan que soy un vampiro porque
justamente hoy entendí que lo soy, por más que tenga un cuerpo de humano, hable
como humano, camine como humano y me alimente como humano. Por fin he entendido
que soy un híbrido y que eso no es más malo o más bueno, menos dañino o más
doloroso, simplemente soy un híbrido, que tiene la mitad de su cerebro de una
especie y la otra de otro tipo de ser, donde las ideas surgen y nunca llegan-ni
llegarán-a un acuerdo porque simplemente no son compatibles, pero en ocasiones
debo callar una voz y dejar que la otra hable.
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